Sequía en Roma

Debido a que Roma atraviesa su peor sequía en 60 años, las autoridades regionales ordenaron detener la captación en el lago de Bracciano. ACEA, la empresa que gestiona el servicio en la capital italiana, estudia un programa de restricción del suministro que afectaría a 1,5 millones de viviendas y 2,9 millones de residentes.




Nicola Zingaretti, presidente de la región del Lazio, prohibió que se recogiera el preciado líquido de este afluente, principal recurso hídrico de Roma, ante una posible "catástrofe medioambiental" por el preocupante descenso del nivel del agua.
La medida entraría en vigencia a partir del próximo 29 de julio si no mejora la situación. La determinación fue criticada por la sociedad de distribución del agua al considerar que se trata de un acto "anómalo e ilegal, pero sobre todo inútil para la protección" de Bracciano.
La sequía se debe al fuerte calor de los últimos meses y a la falta de lluvias, pues en los primeros seis meses de 2017 sólo han caído en la capital 157 milímetros de agua repartidos en 26 días en territorio romano.
No se descarta la declaratoria del "estado de emergencia" para activar los procedimientos de ayudas, sobre todo al sector agrícola.
Además de en Roma, la falta de lluvia está provocando también problemas en regiones como Veneto, Emilia Romagna y Cerdeña, donde se ha solicitado el "estado de calamidad natural" debido a la sequía y a los incendios.

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